Este lunes pasado, nuestros abuelos prepararon una merienda especial: croissants pequeños en tamaño pero enormes en el empeño y cariño en hacer las cosas bien. Estos «chicos y chicas» son una generación especial.
Por la tarde degustamos estos cruasans, vamos que nos los comimos, quiero decir, que los devoramos!.
En otras palabras, que estaban buenísimos.