Este domingo pasado por la tarde, habían nervios. Se respiraban en el ambiente.
Uno: «¡Bueno, yo me voy!», otro:»¿Dónde está la puerta? ¿A qué hora abren?», otra: «Y mis niñas, ¿Cuándo vienen?». y otro más: «Yo estoy un poco mosca. Todavía no han venido a recogerme».
Había que hacer algo. Subimos a la terraza. ¿Para qué?. Pues para comentar qué obras podíamos planificar en nuestra terraza. Más de 100 m2 no aprovechados. Y allí subimos, los técnicos: Pepe, Francisco, José Funes y María.
No aclaramos mucho lo que íbamos a hacer; pero logramos permanecer más de una hora allí. Midiendo la terraza, contemplando la montaña del Bruguers, la montaña de San Ramón, el aeropuerto, el mar…
Hasta que: ¡Bueno, yo me voy!, ¿Dónde está la salida? ¿Y mis niñas?… Y así.