El pasado viernes, 13 de diciembre, después de la siesta, la Sra. Encarnación González dejó de estar entre nosotros.
Solamente la tuvimos entre nosotros, en nuestro centro, unos 7 meses y medio. En este tiempo se ganó el cariño de todos.
Sabía decir «Lucero» y «Vida mía» como nadie.
Si algo podemos destacar de Encarna era su obsesión porque la familia estuviese unida. Lo repetía constantemente durante los primeros meses de estancia entre nosotros. Y disfrutaba en las reuniones familiares. Ver a su familia alrededor de la mesa, le quitaba todos los dolores.
Aunque sabemos que el momento en que un ser querido nos deje para siempre ha de llegar en algún momento, por mucho que lo sepamos, nunca estamos preparados para estar sin ellos.
Encarna, descansa tranquila.