El huerto de Juan

Aquí os presentamos a nuestro amigo Juan, quien se está encargando de montar un huerto para cultivar pequeñas cosas en nuestro centro.
De momento, este año empezamos con lechugas, tomates y pimientos. También menta como condimento.
En la foto le vemos comprando tierra y cargando el carro, antes de pasar por taquilla.


De momento, ya hemos instalado más de 40 jardineras, todas ellas con tierra, claro. Unos 1000 litros de tierra especial para plantar hortalizas. La simiente necesaria para que todo ello quede lleno de lechugas, tomates, etc… Toda una cosecha que esperamos sea abundante durante este año.

Esta es una vista general del espacio reservado a montar un huerto en Tres Magnolias. Este huerto servirá como aliciente para aquellos residentes a quienes atraiga el cultivo de hortalizas.

Estas son las primeras lechugas que esperamos recoger antes del verano. Las recogeremos y nos las comeremos en nuestro comedor.
¡Anda que no!
Presentamos varias vistas. Ésta desde el extremo opuesto a la primera.
El huerto está basado en un conjunto de jardineras sobre soportes para que queden a la altura de una mesa y los residentes no tengan que agacharse para trabajar los diferentes cultivos.
Sobre el suelo, descansan las jardineras donde se han sembrado las tomateras. Juan ya se ha encargado de poner las cañas para que trepen rápidamente hacia arriba.

Aquí debajo, un primer plano de una tomatera, hace ahora unos 20 días.


Os enseñamos las últimas fotos efectuadas en el huerto. Hace ahora una semana.




Cuando vayamos recogiendo la cosecha de tomates y lechugas, os invitaremos a probarlas.
Si queda algo para que lo probéis.

Psicomotricidad cada día


Cada día por la mañana, después del desayuno, nuestros abueletes hacen un poquito de gimnasia adaptada a sus posibilidades. Esto, que los técnicos llaman psicomotricidad, consiste en que se mueva un poco el cuerpo, que mantengan el conocimiento de su cuerpo, que repitan con la animadora las acciones que van a realizar: arriba, abajo, oreja derecha, pie izquierdo… uno, dos, tres…
No son tonterías, son actividades muy básicas que sirven para que ellos estén activos (dentro de las posibilidades de cada uno, claro).

Una cosa es muy cierta y tenemos evidencias de ello: Si a un anciano, le dejas en una silla, sentado, sin hacerle caso, sin estimularle hablándole, provocándole, enfadándole, haciéndole reir… se le olvidará caminar, se le olvidará hablar, dejará de reir…
La psicomotricidad regular, cada día, junto a una actitud activa de todas las auxiliares frente a los abuelos, logrará mantener, si no mejorar, el estado general del anciano. Y esto es una de nuestras responsabilidades como centros dedicados al cuidado y atención de las personas mayores.
Así pensamos en Tres Magnolias y así lo queremos aplicar.

Después de este «rollito» vamos a ver a nuestros «artistas» en plena acción: uno, dos, tres, arriba, abajo….
Josefa parece que está rezando; pero no. Está haciendo el ejercicio de manos juntas para adelante y para atrás. Irene controlando que todo el mundo haga bien los ejercicios. No se le escapa ni una.

¡Uffff! ¡Madre mía, esto no hay quien lo resista! Parece exclamar Catalina mientras intenta poner las manos juntas encima de la cabeza. Ya veremos si somos capaces de hacerlo como ellas cuando tengamos su edad. Andrea, a su lado sube las manos bien arriba.


María del Pozo sigue los ejercicios con rigor. ¡Venga esa pierna arriba!

Ahora flexiones hacia adelante. ¡Como si estuviera «chupao»! ¡Anda prueba tú y tócate la punta de los pies con las manos como están haciendo Valentina y las Carmenes (Martínez y Hernández), anda!

Dolores, entre Rosa e Isabel, parece estar pensando… Pero ¿qué tonterías están haciendo? ¡Ya no tienen edad para hacer esas cosas! ¡Parecen criaturas!

María Vinyals, a la izquierda de la foto, no se pierde ni uno solo de los ejercicios de psicomotricidad. Las Olimpíadas están aquí mismo.

El esfuerzo ha sido agotador. Esto no hay quien lo aguante. María se rinde, ¡Ya no puedo más! ha dicho segundos antes de caer rendida en el sofá.

Mientras María Vinyals continúa sin caerle una gota de sudor, Concha León y Carmen Mampel caen exhaustas después de un esfuerzo inhumano.

Otras se han «escaqueado» de la clase. «Aquí hemos estado tranquilitas ¿Verdad Neme?» dice Concha Burón a su amiga del alma.

Otra que se libró de la clase de este sábado, ha sido María Andrés a quien recogió su hijo Camilo. Se despidió de una forma muy provocadora. Es su estilo.